Mi testimonio, un viaje de emociones y Amor

Mi testimonio, un viaje de emociones y Amor
Jamás creí que mi vida iba a dar un giro de 180° en el I Encuentro de Compass Internacional. ¡Les quiero contar todo! Pero primero voy a comenzar por el principio: tiempo atrás, hace año y medio, me había dado de baja del ministerio por varias razones personales, entre ellas el duelo por la pérdida de mi papá y otros familiares que se fueron en ese tren despuesito que él, además el resolver el discernimiento de un tema familiar y otros servicios a la parroquia, todo esto me tenía abrumada, de hecho me dejaron “con anemia” según mi psicóloga, con una depresión y ataques de ansiedad fuertes y de hecho había perdido la esperanza de poder estar mejor algún día.

Accedí a ir al Encuentro porque en Compass yo había dejado una familia que, aunque no conocía personalmente si necesitaba ver, abrazar y agradecer, además no podía decir no a un encuentro con Dios porque sabía que realmente lo necesitaba, y de feria (como decimos aquí en Costa Rica), tenía ganas de conocer la Casa del Ave María porque había seguido muy de cerquita las oraciones en pandemia. Pero les cuento, en la primera actividad del viernes nos subimos en un vuelo, donde nos pusimos un cinturón porque ya iba a despegar el avión… lo que no me imaginé es que al ponerme ese cinturón Dios me estaba sujetando porque lo que se venía era una turbulencia de emociones y bendiciones, para vaciarme completamente de mí y llenarme de Él
Les puedo contar que Dios me despojó poco a poco de todas las “maletas” que llevaba y que ya no podía cargar sola, ¡vieran que delicia!, en cada actividad las pude dejar una a una, y es que ni siquiera era por mis propias fuerzas, sino que Jesús siendo un caballero, me las iba trayendo a la conciencia para no dejarme ninguna porque sabía que lo necesitaba. Recibí el abrazo de mi Madre Santísima en representación de una hermana del Ave María y lloré como una niña pequeña que al caerse muy duro ve a su Mamá y corre a sus brazos maternales; pude darle a Jesús mi corazón herido, lleno de errores, lleno de tristeza y dejarme el de Él en mi pecho (a partir de ese momento me hice devota fiel y comprometida al Sagrado Corazón de Jesús). Hubo un ejercicio que había que despojarse de algo ese fin de semana, y ¡cómo me costó! porque yo me creía muy “desprendida” de las cosas y estoy segura de que mi ángel de la guarda me guio para entregar mi medicina para los ataques de ansiedad, ese fue mi primer salto a la sanación. Y no se queda ahí, les cuento lo más impactante para mí, porque frente a Jesús Sacramentado, donde escuché la voz suave y amorosa de Dios que me dijo: “Te entiendo, pero yo soy tu Papá, no estás huérfana, yo estoy contigo, muy cerquita, siempre y te abrazo y amo. A tu papá terrenal yo lo llamé, pero me tienes a mí. Ve y pasa más tiempo conmigo”, para mí ese fue el fin de mi depresión… ¡Cuánto amor el de Dios para mí! me sentí su hija única. Otro gran acontecimiento fue que mi esposo y yo pudimos velar con Jesús Sacramentado una hora en la madrugada y lo recibimos en las Eucaristías del sábado y del domingo, gracias a esto y a la excelente enseñanza de la Madre Blanca Ruíz tomamos una ruta diferente para nuestra vida y nuestra familia, nos abandonamos a la providencia de Dios y cerramos el negocio personal de Jorge y así poder dedicar más tiempo a Compass. Y para cerrar con broche de oro, la hermana Yorladys oró por nosotros pidiendo la intercesión de la Madre Alicia para la sanación de mi cuerpo y el de Jorge. ¿Cómo no iba a volver esta hija pródiga a los brazos de su Padre?
Qué les puedo decir, mi vida ha cambiado y estoy segura de que no sólo la mía sino la de cada uno de los participantes y colaboradores del Encuentro. Voy pasito a pasito, un día a la vez, segura de que Dios no me suelta.

Y me imagino que usted se preguntará ¿y para qué contó todo esto?, pues porque mi corazón debe gritarlo, porque soy testigo del amor infinito de Dios, la Virgen y la intercesión de San José, y porque sé que si uno decide dejar de cargar maletas tan pesadas el viaje se hace más ligero; y cuando uno confía en el Sagrado Corazón de Jesús y se ocupa de las cosas de Dios, pues ÉL se ocupará de las nuestras. ¡Gracias Dios, gracias Madre Santísima, gracias San José, a mis santos amigos, gracias familia Compass, y mil gracias hermanas del Ave María! Te invito a cambiar tu vida a través de este estudio bíblico y que formes parte activa del ministerio porque definitivamente es obra de Dios… ¿y las enseñanzas de Compass sobre el dinero? pues son una excusa más que usa Dios para acercarnos más a Él y poder amar más al prójimo.