¿Es usted de los que se agobian cuando escuchan la palabra "presupuesto"? A muchos nos pasa. Pero, ¡no se agobie más! Le contamos por qué.
Muchas personas tienen el idea que los prespuestos le limitan, o el solo hecho de pensar en hacer uno y encontrarse con la realidad financiera hace que le atemorice o le aburra. Pero resulta que el presupuesto es solo una radiografía de lo que está sucediendo con su dinero.
El presupuesto no le aleja de artículos o entretenimiento que disfruta. En realidad le ayuda a poder seguir disfrutando de ellos pero en el marco de lo que el Señor pone en su corazón a través del orden que el presupuesto le da. Nos permite nos permite asegurarnos de que gastamos con nuestros objetivos en mente, nosotros decidiendo (a la luz del Espíritu Santo) hacia donde va el dinero, y no que el dinero nos cuente cómo es que se ha gastado.
¿Quiere intentar hacer uno? Siga estos sencillos pasos:

Paso #1: Descubra exactamente cuanto dinero le ingresa o recibe cada mes.
La mayoría de nosotros tenemos más claro el ingreso que recibimos que el gasto al que incurrimos, pero aún así, se nos escapan detalles importantes sobre nuestros ingresos. Por ejemplo, si usted es una persona asalariada, debe contar como ingreso únicamente su ingreso neto, es decir, el monto que queda después que le realizan sus descuentos de ley (seguro social, fondo de jubilación, etc.

Paso #2: Registre sus gastos diariamente.
El registro de los gastos es ¡lo más importante! Sin el, nuestro presupuesto no deja de ser sólo un plan no ejecutado. ¿Qué tenemos que hacer entonces? Llevar un control de gastos a través de comprobantes. Ya sea a través de recibos electrónicos, físicos o un listado a papel y lápiz, podemos llegar un registro de cada uno de los gastos que realizamos, con su monto, fecha y categoría.
Las categorías pueden ser: alimentación, Transporte, vivienda, etc. Es igual de importante conocer cual es el método de pago que está utilizando, ya sea efectivo, tarjeta de debito o crédito.

Paso #3: Verifique sus prioridades.
Su ofrenda y su ahorro para crear su fondo de emergencia deberían ser siempre una prioridad. Luego de ellas, debe valorar cada una de las categorías y lo que es una necesidad y un deseo, para, obviamente, darle prioridad a aquello que es una necesidad.
Algunas preguntas obvias para esto puede ser:
¿Son los pañales más importantes que el servicio de TV por cable?
¿Combustible para su vehículo o un vestido nuevo?
¿La leche o la merienda?

Paso #4: Asegúrese de seguir el presupuesto.
Como mencionábamos antes, lo importante del presupuesto es ejecutarlo de acuerdo a lo estipulado.
No tiene por qué empezar esto por su cuenta si considera que es algo que le agobia, tome nuestro curso "Maneje Su Dinero Desde La Perspectiva de Dios" y le apoyamos a través de la Palabra y la práctica para que tenga un presupuesto y un plan de gastos acorde a sus necesidades y a lo que el Señor quiere para usted y su familia.
Recuerde lo que dice San Mateo 7, 25-29: "Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: ésta se derrumbó, y su ruina fue grande”.
Desde la Palabra podrá encontrar lo que necesita para edificar su vida financiera sobre la roca.

Escrito por:
Dinora Chacón de Acosta
Coordinadora de Compass El Salvador y miembro de su socio ministerial en El Salvador, Siervos de Jesús.