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Un Paso Más En La Historia de Compass Católico

Hoy celebramos por primera vez una graduación colectiva de Compass Católico Latinoamérica, que reúne a los alumnos de los cursos realizados virtualmente en seis países de la región, como recurso para superar la interrupción de los presenciales ocasionada por la pandemia.


Un sábado como hoy, también 18 de Julio, pero del 2015, hace exactamente cinco años, 23 personas realizaban el primer curso completo de Compass Católico en Latinoamérica, en cuatro días y medio de retiro, a razón de dos capítulos por día, en la Casa Central del Ave María, sede de la Comunidad de las Hijas e Hijos del Fiat, cuya superiora, la Madre Alicia Echeverri, nos abrió las puertas y brindó su hospitalidad para darlo a conocer en Colombia.



En estos cinco años Compass ha llegado a nueve países del área y numerosas personas han logrado tener una nueva visión de la vida en general, de su vida en particular, de su relación con Dios, del manejo de su dinero y de principios de comportamiento que aunque ya conocieran, han podido ajustar para ser mejores seres humanos y más fieles seguidores de Jesús y de su Madre María.


La historia de Compass en nuestro territorio comenzó con una valerosa mujer salvadoreña, Eva Córdova, quien entusiasmada con los conocimientos adquiridos por ella, en el curso que hizo a principios del dos mil en su parroquia de San Edward, al norte de Miami, interesó a varias amigas para que lo tomaran y de un momento a otro resultó, sin esperarlo, como heredera de la coordinación del Ministerio y Facilitadora de su primer grupo.


A partir de esa experiencia y de la de otros cursos realizados en la misma Iglesia, dos veces por año, se tomó confianza y fue extendiendo su territorio a otras parroquias vecinas, lo que dio lugar a la invitación que en Marzo del 2015 le hicieron Jon y Evelyn Bean, creadores de Compass Catholic, para que se hiciera cargo de la difusión del curso en Latinoamérica, en calidad de Directora.


El primer paso, a pocos días de su nombramiento, fue una llamada telefónica a la Madre Alicia, quien ya había sido informada de Compass desde Mayo del año anterior por la persona que hacía el contacto, en el que llegó al acuerdo mencionado anteriormente para realizar ese primer curso.


El segundo paso fue el encuentro en Miami con Monseñor Lorenzo Vargas, asesor jurídico de la Arquidiócesis de Santo Domingo en República Dominicana, quien casualmente vio el libro de tareas de Compass en casa de un amigo sacerdote a quien visitaba.

Al ojearlo, encontró lo que estaba buscando para instruir en aspectos financieros a los feligreses de sus tres parroquias, como complemento ideal de un programa que había establecido en ellas, de préstamos pequeños al estilo del “Banco de los Pobres” creado por Muhammad Yunus, para prestar dinero a los más pobres de los pobres.


El señor Yunus, doctorado en economía en la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos, al regresar en 1974 a Bangladesh, su país, abandonó los sofisticados modelos aprendidos y diseñó un proyecto para desarrollar en las personas la chispa de la iniciativa y de la creación de empresas, con el propósito de que los más débiles salieran de la pobreza. Sus resultados fueron extraordinarios: el 94% de sus clientes fueron mujeres y su tasa de retorno, es decir, de cumplimiento, del 98%.


Volviendo a Monseñor Lorenzo, con la visión y decisión que lo caracteriza, logró por su amigo una entrevista al día siguiente con Eva Córdova y la invitó a su país para preparar un grupo de personas que pudieran trabajar como Facilitadores y enseñar Compass.


La decisión fue tan rápida, que a pesar de haber sido tomada con posterioridad a la programación del curso en el Ave María, se llevó a cabo inmediatamente y por esta razón República Dominicana fue el primer país en iniciar labores en Latinoamérica, con cursos continuos que empezaron con la inclusión de los profesores de colegios católicos adscritos a la Diócesis, con el consecuente beneficio para ellos y buen ejemplo para sus alumnos.


El tercer paso fue México. Por esas Diosidencias de la vida, que solo Él Señor sabe, cuando la persona que acompañaría a Eva en el curso del Ave María llegó a este lugar para adelantar los preparativos de la reunión, se encontró con el Director de la Congregación mexicana Servidores de Jesús por María, quien al saber de Compass decidió incorporarlo a sus actividades e invitó a dos encuentros de preparación de Facilitadores en Aguascalientes y Guadalajara, realizados en el segundo semestre del 2015, que dieron origen a la vinculación de México al programa.

En el 2016 se sumó Costa Rica, a partir del Director de Radio María en Miami y miembro de la Junta Directiva de la Universidad Juan Pablo II, quien inició como Socio Ministerial y fue reemplazado posteriormente por Jorge Solis y Melissa, su esposa, en el manejo de Compass.

Vino después Ecuador, gracias al entusiasmo y receptividad del matrimonio compuesto por Martha y Alvaro Valladares, apoyados por el párroco de su Iglesia en Guayaquil.



Siguió El Salvador, a través de Ernesto Salazar, Director de la Asociación Siervos de Jesús, que es el Socio Ministerial de Compass en este país.



En Enero del 2019, por la gestión del señor Jorge Paiz, la ayuda de la empresa Cementos Progreso y el interés de Monseñor Alvaro Ramazzini, Obispo de Huehuetenango, se llevó a cabo una capacitación en esta ciudad, con mayoría de población indígena, que dio inició a la actividad en Guatemala.



Gracias a la labor desplegada por Ricardo Basauri, ciudadano español residente en Santa Cruz de la Sierra, quien conoció el curso en Miami e interesó a dos congregaciones, Betania y a finales del año pasado a Guardianas y Defensores de la Fe, Compass está en Bolivia.


El último en entrar ha sido Puerto Rico, por el interés del Padre Angel Ciappi, Director del Ministerio de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de San Juan, quien conocía los libros del curso, aunque no lo había hecho y con entusiasmo se convirtió en Socio Ministerial.


Esta es a grandes rasgos la historia de Compass Católico Latinoamérica, que nos ha brindado durante estos cinco años satisfacciones a los aquí presentes y hoy en particular a quienes reciben su diploma, por la alegría que sienten como justo premio al esfuerzo y dedicación desplegados durante los meses anteriores y como testimonio que los identificará de aquí en adelante como miembros de la familia Compass.


A nombre de la Junta Directiva de Compass Católico Latinoamérica, quiero felicitarlos a todos, lo mismo que a los facilitadores de estos grupos y a los Directores y Coordinadores de cada país e invitar a los alumnos a convertirse de ahora en adelante en instrumentos de Dios, para que con el mismo entusiasmo que sienten al terminar el curso, empiecen desde hoy a escribir como laicos comprometidos con la Iglesia y el Señor, la continuación de esta hermosa historia de evangelización. Muchas gracias.







Escrito por: Samuel Calderón Salazar, director de Compass Católico, colombiano de nacimiento y actualmente viviendo en Pembroke Pines, Florida, durante la Primera Graduación Internacional de Compass Católico.

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